López Gatell y la impune 4T

Opinión
El criminal subsecretario de Salud encargado directo de enfrentar la pandemia en México, Hugo López Gatell.

 

El desastre generalizado provocado por la mal llamada Cuarta Transformación tiene en la salud pública un claro ejemplo de la indolencia e incompetencia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de su continuidad en la presidencia de Claudia Sheinbaum.

Nunca habremos de olvidar que desde el primer momento de su administración, los caprichos, obsesiones y complejos de AMLO destruyeron el Sistema Nacional de Salud incluso antes de la pandemia, cuando además de desaparecer el Seguro Popular se quiso cambiar sin éxito el esquema de adquisición y distribución de medicamentos para los mexicanos más desfavorecidos.  El resultado fue que más de 30 millones de personas se quedaran de pronto sin atención médica, y muchísimos más empezaran a padecer de la escasez de medicinas que prevalece hasta la fecha.

Luego llegó el Covid y el escenario se tornó apocalíptico. Murieron 800 mil solo por una pandemia mal gestionada, y quizá 250 mil más por las consecuencias de una red hospitalaria colapsada y por el desabasto de las farmacias públicas.

Más allá de la responsabilidad política y moral del hoy escondido expresidente de la República, hay dos personajes que cargan con el mayor peso de culpabilidad en este asunto: Juan Antonio Ferrer, titular del fallido INSABI que trató sin éxito de suplir el imperfecto pero funcional Seguro Popular, y el criminal subsecretario de Salud encargado directo de enfrentar la pandemia en México, Hugo López Gatell.

Ferrer dilapidó miles de millones de pesos en el capricho presidencial para dizque tener el mejor sistema de salud del mundo, y López Gatell frivolizó su protagonismo en la crisis y maximizó su abyección hacia López Obrador con claras señales de ambición política. Recuerden cuando incluso pensó que podría ser el sucesor de su amado patrón, cuya fuerza no era de contagio sino moral. Pamplinas.

Poco más de un lustro después, ambos personajes son penosamente premiados con cargos diplomáticos en el gobierno de Sheinbaum. El ex director del INSABI será representante de México ante la UNESCO, en París, mientras que el doctor muerte vivirá en Ginebra para formar parte de la Organización Mundial de la Salud, sí, la misma instancia internacional que el propio Gatell descalificó por señalar que nuestro país equivocaba sus políticas públicas de salud en tiempos pandémicos.

Sin embargo, en lugar de enfrentar responsabilidades administrativas, en el primer caso, y por crímenes de lesa humanidad en el segundo, estos dos impresentables son recompensados. Pero además, los nombramientos confirman la obviedad manifiesta: la actual presidenta no manda y sí lo hace su antecesor, defensor a ultranza de sus ex colaboradores.

¿Todavía lo dudan? Recuerden, pues, que López Gatell y Claudia Sheinbaum se enfrentaron duramente en aquellos días aciagos de contagio y muerte, y que la hoy mandataria tomó en la ciudad de México decisiones que contravenían la bizarra línea del zar antivirus. Su antagonismo prevaleció los siguientes años.

Total, que hay daño patrimonial a la Nación y cientos de miles de muertos, pero el llamado segundo piso de la 4T tendrá que tragar sapos por atender una clara instrucción que viene de Palenque, y cubrir con más recursos públicos un exilio dorado europeo para dos criminales.

La impunidad a todo lo que da.  Un ejemplo más, pero este un penosísimo caso estelar.