S.O.S. México
Opinión
Resulta ya ocioso advertir sobre el riesgo de que las decisiones del gobierno mexicano lleva a nuestro país al autoritarismo. Y lo es porque esto ya no es una posibilidad, sino una ominosa realidad.
El Congreso de la Unión tiene una mayoría oficialista que hace exactamente lo que se les dicta desde Palacio Nacional o desde Palenque.
No existen ya instituciones del Estado para regular adecuadamente las telecomunicaciones, la medición de la pobreza, o garantizar la transparencia y la rendición de cuentas del gobierno. Otras que se mantienen, han sido silenciosamente colonizadas, como el INEGI -que rápidamente pierde confianza sobre los datos que produce- o el Banco de México, que claramente se ha alineado a las necesidades de la presidencia de la República.
Se culminó la farsa de elección de jueces, magistrados y ministros, y ello no nos hizo más democráticos -como presume el oficialismo- ni garantizará una mejor impartición de justicia. Habrá jueces de consigna y ministros de una Corte totalmente doblegados ante el poder.
Y el último baluarte que nos queda está bajo fuego: la libertad de expresión. Ya sea con cambios para legalizar la censura y la persecución de críticos, o simplemente con interpretaciones bizarras de conceptos como “violencia en razón de género” o “difamación”, para acosar comunicadores y espacios periodísticos.
La ofensiva es brutal y ya sistemática: el gobernador de Puebla inventando lo de “ciberacoso”; la mandataria de Campeche cerrando un periódico; el vocero de los diputados morenistas exhibiendo imágenes de una ciudadana; exigencia de disculpas públicas por parte de poderosos exhibidos en sus excesos; salida del aire de programas críticos a la 4T; la Unidad de Inteligencia Financiera y el SAT convertidos en censores con dientes…..en fin.
Se nos acaba el tiempo. Hay que seguir señalando esta tragedia mexicana y elevar el volumen de la voz.
México clama: ¡auxilio! Se nos acaba el tiempo