Promoción de desarrollo en la región Mixteca
Opinión
La Promoción del Desarrollo desde el enfoque de la Universidad y el campo de
la región de la Mixteca.
Dentro de las experiencias que compartimos meses anteriores en la región de la
Mixteca, en el Estado de Oaxaca, nos hemos dado cuenta de la importancia del
desarrollo desde una visión académica.
Va más allá de un servicio de asistencia técnica tradicional; es una distinción que
revela la verdadera naturaleza de múltiples proyectos que deben permanecer y
persistir en una de las zonas más significativas de la entidad.
Para llevar a cabo esos proyectos, es importante la integración e interfuncionalidad
de profesionistas, que emergen de las necesidades de generar vínculos de
comunicación entre la academia y las comunidades rurales. Estas acciones han
comprendido que el desarrollo no se construye desde la comodidad de las aulas,
sino en los terrenos, los ejidos, los espacios agrarios y los complejos de la realidad
rural.
En la región, donde en los últimos años se ha caracterizado por las condiciones
climáticas y la migración, donde solo una persona regresa de cada diez que parten
a Estados Unidos, han hecho que las acciones para incentivar la calidad de vida se
adapten a herramientas como la tecnología disponible, flexibilizar métodos
tradicionales en la agricultura, hasta trabajar con ganados de razas criollas, que
han demostrado la consistencia durante más de cinco siglos en suelo oaxaqueño.
Lo verdaderamente significativo del vínculo académico superior con el acercamiento
al medio laboral, radica en el enfoque no solo de la sofisticación de los métodos,
sino en la capacidad para entender, generar y dirigir hacia un desarrollo sostenible
que se construye desde los medios básicos del campo. Cuando un productor no
puede permitirse un producto de alta genética, se buscan alternativas viables.
Cuando la infraestructura es limitada, improvisan soluciones. Esta flexibilidad
metodológica, lejos de ser una debilidad, es su mayor fortaleza.
Los proyectos en la región van dirigidos hacia la salud animal, la seguridad
alimentaria y el bienestar comunitario, en donde el papel de las instituciones,
académicos y productores generan un ecosistema completo de participación
interconectado. Esto puede verse en una instancia un sistema básico, pero en el
entorno rural de la Mixteca, adquieren una dimensión económica crucial.
Tal es el caso de los programas de esterilización de mascotas que, aunque
parezcan periféricos, sin el control apropiado, se pueden convertir en depredadores
del ganado, amenazando la fuente de sustento de muchas familias, sin contar que
en ocasiones puede afectar también en el mejoramiento genético del ganado.
En cuanto a la seguridad alimentaria en la región, los proyectos se ven concretados
en el trato y control de enfermedades y parásitos en el ganado; también en la
capacitación a los productores sobre técnicas y conservación de alimentos,
prácticas sobre elaboración de conservas, aprovechamiento de excedentes de
producción y pláticas sobre la generación de alimentos nutritivos durante todo el
año, aprovechando y manejando los recursos alimentarios de las localidades.
Parte de las finalidades en la implementación de proyectos de desarrollo, es
recuperar las prácticas ancestrales que con el tiempo han estado desapareciendo.
Por ejemplo, en la práctica de la apicultura de la región, no solo se produce la miel
tradicional sino que mantiene servicios ecosistémicos cruciales para la agricultura
local.
La innovación tecnológica que está muy presente dentro del conocimiento
académico, en la región, con los proyectos de desarrollo se va introduciendo de
manera sensible y adaptada al contexto. En la práctica, en lugar de imponer
sistemas sofisticados, se están desarrollando soluciones híbridas, combinando el
conocimiento ancestral de los pobladores con las técnicas accesibles al medio.
Los programas y la promoción del desarrollo también abordan la dimensión
educativa de la seguridad alimentaria. Con la participación de escuelas locales, se
desarrollan prácticas sostenibles como los huertos demostrativos hasta el manejo
del suelo e identificación de plagas. Esta formación temprana a la población no solo
busca el mejoramiento de los hábitos alimentarios, sino que incentiva a la
generación de productores conscientes y capacitados.
La experiencia en la Mixteca nos lleva a que el desarrollo sostenible requiere una
visión holística donde cada intervención, forme parte de un tejido más amplio de
transformación social. Los roles y papeles intergeneracionales en el campo están
generando cambios graduales y significativos, donde cada pequeño avance es un
avance para una promoción rural óptima y fomenta el arraigo en la comunidad.
Esta experiencia nos muestra que la universidad puede y debe ser más que un
centro de conocimiento; puede convertirse en un agente de cambio cuando se
encamine al vínculo con el sector primario. Desde esa perspectiva, la intervención
activa podrá ser un modelo para replantear la relación entre la academia y el
desarrollo rural en México.