Una perspectiva sobre las artes textiles de Oaxaca

Opinión
Una perspectiva sobre las Artes textiles de Oaxaca.

Por: José Luis Torres Betanzos y Roberto González Ángeles

 

El mercado textil en la actualidad está siendo una actividad tan masiva en su consumo como en su producción, a su vez ha desplazado a las vestimentas tradicionales o de origen, por lo que es importante valorar la labor que hacen las personas artesanales que se dedican a este oficio.

En una experiencia que tuvimos con artesanos en la comunidad de El Tule, Oaxaca, con el emprendimiento “Nómada” – es un claro ejemplo de estas perspectivas de preservar la esencia cultural en cuanto a la industria textil, por ejemplo, su atención a la creación de un tapete de 1.50 x 1.50 metros requieren aproximadamente de dos a tres meses de trabajo, de este periodo, dedicándole un mes y medio solo para el teñido y el resto del periodo para el tejido, todo ello reflejado en el costo real de estos productos y su valor en el mercado.

La importancia de este tipo de productos radica en sus significados, símbolos de conservación, sus diseños, basados en las culturas nativas, los patrones decorativos, los signos visuales que transmiten la esencia de una localidad; en nuestra experiencia con el emprendimiento Nómada, al ser descendientes de la cultura zapoteca en la entidad federativa, plasman en sus productos representaciones distintivos como las grecas y los diamantes.

Una de las particularidades que utilizan estas bellísimas piezas culturales, es el uso de materias primas naturales, en este caso, los tintes. Se pueden generar alrededor de 77 tonos diferentes de rojo a partir de la grana cochinilla como insumo, así como el uso del índigo para los azules, la cáscara de granada y el bejuco para los amarillos, y el nogal para los cafés, cada elemento constituyen un saber ancestral que implica esencia.

Sin embargo, estos materiales naturales también pueden reflejar limitantes, al menos en los precios para su producción y obtención. Por citar un ejemplo, el precio del índigo, puede alcanzar hasta los 3,000 pesos por kilogramo debido a que este producto, solo se cosecha una vez al año; otro insumo con alta variabilidad en su producción es la grana cochinilla, el cual depende de factores climáticos, que van más allá del alcance de los productores. Esta situación, junto con otros aspectos que mencionaremos posteriormente, obliga a los pequeños productores a recurrir al uso de préstamos bancarios para cumplir con los pedidos, aumentando la vulnerabilidad económica de este mercado.

Como hemos mencionado en otros escenarios, la dificultad que existe dentro del sector agropecuario es la transmisión de saberes entre generaciones, y en este entorno cultural de la artesanía textil, existe esa particularidad de depender mucho del cariño y afecto al  transmitir estas prácticas desde la infancia, la cual siempre es más propicia para la enseñanza en cuestión del manejo de los rudimentos del tejido o en el dominio de los diseños complejos. Pero es más significativa la inconsistencia de mantener este afecto en los años posteriores, cuando los intereses, necesidades, las oportunidades educativas, laborales y personales pueden trascender en la obtención de un mejor bienestar, alejándose en ocasiones de las tradiciones.

Otra realidad que afrontan estos artesanos es el aspecto económico, ya que las ganancias que pueden obtener de este oficio, en ocasiones, es injusto. Mencionamos el ejemplo del tiempo de trabajo que requiere la dedicación para crear una pieza textil, las horas a mano no son equitativamente frente a las grandes cadenas del rubro textil. Para hacer distinción significativa entre productos auténticos y las copias, es sencilla al percibir la doble vista en los tapetes, así igual los flequitos sujetados al telar, o bien en la textura característica del trabajo manual. Es importante mencionar que el principal competidor en cuestión de estas piezas textiles artesanales es el fabricante chino, quien con su capacidad industrial, generan piezas de imitación, con diseños similares, usando otros materiales y los ofrecen a precios incomparablemente menores, pero no se distinguen frente a uno meramente creado por la mano del productor en cuestiones de calidad.

Dentro de esta competencia textil, las grandes cadenas tienen experiencia y cuentan con apoyo gubernamental, el sector artesano es complejo, suelen favorecer a los grandes grupos de artesanos, privilegiando en este enfoque de consumismo la cantidad sobre la calidad, es decir si se está en grupo de 130 personas, existe mayor posibilidad de respaldo sobre los negocios familiares en cuestión de programas de subsidio o apoyo.

En la actualidad, muchos productores textiles recurren a la alternativa de formar cooperativas como una estrategia para poder acceder a algún tipo de financiamiento o apoyo gubernamental y por ende entrar en más mercados; por lo que es necesario generar nuevas formas de organización que puedan mantener la calidad individual, asimismo generar una igualdad de condiciones para competir en un comercio más amplio.

Las artes textiles al igual que muchos bienes y servicios del sector primario, se tienen que adaptar a las condiciones que lo que necesita la población, sin perder su esencia; ya sea, una incorporación a diseños más estilizados, una incorporación a las tendencias manteniendo los motivos tradicionales, y la incursión a nuevos mercados por medio de los recursos digitales, pueden ser una alternativa posible que incentive una mayor incidencia dentro del mercado textil sin traicionar la autenticidad de los productores, y así mantener una identidad que se niega a ser homogeneizada por la globalización.

Nosotros, como consumidores, reiteramos el valor al momento de consumir un producto artesanal auténtico sobre una imitación industrial, reconociendo la calidad sobre el precio o la cantidad, la tradición sobre la novedad, la sustentabilidad sobre el consumo generado por la globalización. También debemos encontrar formas de valorizar económicamente un producto artesanal como invaluable, si queremos mantener vigentes en las futuras generaciones los valores culturales, debemos ir quitando el mal hábito del consumismo global y enfocarnos a sensibilizar que la moda global actual produce millones de prendas en días, utilizando procesos químicos altamente contaminantes, mientras que los artesanos tanto oaxaqueños como los del resto del país, nos muestran que es posible crear belleza sin destruir el planeta.