La Barredora. ¿Hasta dónde llegarán?

Opinión
La noche del viernes, ya tarde y en pleno inicio del puente vacacional patrio, se dio a conocer la detención de Hernán Bermúdez Requena, señalado como el líder del grupo criminal "La Barredora".

La noche del viernes, ya tarde y en pleno inicio del puente vacacional patrio, se dio a conocer la detención de Hernán Bermúdez Requena, señalado como el líder del grupo criminal “La Barredora”, que ha asolado Tabasco durante los últimos años.

No es una aprehensión cualquiera: Bermúdez fue secretario de Seguridad Pública de la entidad tabasqueña cuando esta era gobernada nada ni más ni menos que por el actual senador Adán Augusto López Hernández, el escurridizo coordinador de los legisladores de Morena en la Cámara Alta.

Cercanísimo a Andrés Manuel López Obrador y rival político de la actual presidenta de la República, Adán Augusto se debate entre serios señalamientos de la opinión pública y la impunidad que parece querer regalarle su mentor a través de la mandataria.

Agobiada por las presiones de su antecesor -que le dejó una pesada carga de lealtades y compromisos- y del gobierno de Donald Trump, Claudia Sheinbaum se enfrenta a su destino luego de un año de gestión en Palacio Nacional. La narrativa oficial exalta su compromiso con las trilladas palabras de “cero impunidad”, mientras la realidad política hace que entregue trofeos de caza a los norteamericanos y paralelamente haga malabares para refrendar su lealtad a AMLO y preservar la ya muy frágil unidad en la mal llamada Cuarta Transformación.

Porque la caída de Bermúdez Requena llevaría necesariamente a derrumbe definitivo de quien fuera su jefe antes de ser secretario de Gobernación, operador estrella de López Obrador y luego “corcholata” en pos de la Presidencia de la República. Total, un castillo de naipes que se derrumba y que tendría que arrastrar a Andy López Beltrán y hasta a su señor padre, pasando por toda la red de complicidades y negocios ilegales que construyeron durante 6 años.

El pañuelo blanco con que el mentiroso presidente de la 4T juró y perjuró que ya no había corrupción en México ha sido exhibido, y está manchado de secreciones y heces de negocios al amparo del poder, tráfico de influencias, huachicol, contrabando, pero también de sangre del pueblo tabasqueño y por otros lados hasta de cómplices caídos en ejecuciones y sospechosas muertes.

La pregunta es si Sheinbaum se deja llevar por el destino fatal de la verdad, tratando de que esta no se devele por completo; si seguirá protegiendo a Adán Augusto y busque que todo quede en un chivo expiatorio (que no lo hace inocente); o de plano aprovechará para deslindarse del jefe máximo de Palenque, aunque él mismo y su familia tengan que pagar por lo menos con el descrédito público.

Dudo que esto último suceda.